DEDICA(HIS)TORIAS
Jorge Ruíz Cuesta
ATITLÁN Cerca del Agua |
"No tengo ambiciones ni deseos.
Ser poeta no es mi ambición.
Es mi manera de estar solo."
Fernando Pessoa,
en la voz de su heterónimo, Alberto Caeiro.
Tres historias dedicadas
en VERSO Y REVERSO
a
K´AN AKIL, CACARICA y ATITLÁN
1. K´AN AKIL
A las familias de K´an Akil
y a las 1.111 Comunidades Zapatistas de
Chiapas, México.
El viento del norte anuncia lluvias
y recuerda muertes que acaecieron
en K´an Akil.
Los seis hijos del finado
se turnan para la vigilancia:
vigilan sus vidas de todos
y sus enseres de nada,
sus días de lluvia
y sus noches de silencio,
sus hijos sin abuelo
y sus mujeres sin padre.
“El enemigo está armado.
Tienen Ak´s, son cabrones
y acabaron a nuestro papá.
Lo emboscaron allá en el cerro
donde acaba la milpa,
allá donde se ven esas matas de café
en el lado de la montaña
que las noches de luna,
cuando se asoma por ese lado,
parece Wotan tumbado.
Allá lo balearon porque les engañan,
les ponen una venda en los ojos
los malosgobiernos
y se les enredan los pensamientos,
como se nos enredan
a nosotros los caminos
en la noche,
si escuchamos un animal,
un viento,
unos pasos,
o si andando al cafetal,
se nos acercan y nos dicen:
o se van, o les acabamos también a ustedes,
como el otro mes, allá, justamente
donde lo despellejaron a mi papá
dejando su cuerpo ultrajado a las aves”.
No es mi metáfora,
pero el que habla es un ser bíblico,
un expulsado del paraíso
que trabaja la tierra en la que muere,
que salva en su barca
la humanidad que lo apoya,
que ve morir su padre
a manos de hermanos enemigos,
que oculta su rostro
ante miradas ciegas,
que mitifica –o sueña en común-
la Tierra Prometida,
que a diario realiza su diáspora,
sobrevive cada segundo su exterminio
y vence sus siete plagas semanales.
Pero el miedo malgobierna todo, incluso el amor, difuminando la existencia en una irrealidad
-ni bíblica ni familiar, más bien geopolítica-,
que no se acaba de asimilar,
porque no se asimila el odio,
que llueve como la lluvia,
que ulula como el viento
y recuerda las muertes
que acaecieron en K´an Akil.
Denuncia sobre agresión paramilitar: Comisión Civil Internacional de Observación por los Derechos Humanos (CCIODH) |
2. CACARICA
Añadir leyenda |
A las Comunidades de Autodeterminación, Vida y Dignidad (CAVIDA).
Cuenca del Cacarica, Chocó, Colombia.
Existen dos selvas en el mundo,
una en El Congo y otra en Cacarica,
gemelas en su exuberancia de vida,
escindidas por espejismos de un Océano
que sucesivas oleadas imperiales
no lograron separar.
Quizá los habitantes del Cacarica
trajeron la selva del Congo
en los cargueros que los transportaban
como esclavos
y a través de plantaciones, ingenios,
servidumbres, vejaciones, oficios,
muertes, olvidos... la sobreviven todavía
en este presente no menos épico,
desmesurado e injusto,
cuya causa (yo lo he visto)
son intereses trasnacionales
ejecutados paramilitarmente,
y cuyo efecto puede verse
en esas miradas acuáticas
y profundas como almas
de desplazados que parecieran llegar del otro lado de un Océano
o de una lágrima,
cansadas de atravesar lugares
remotos o perdidos.
Esa dignidad cristalina e intacta que os envuelve
pese a todo, habitantes del Cacarica,
es porque sufrís organizadamente
para sobrevivir sin violencia
en medio de la Guerra, y porque clamáis,
junto a otros pobres de la Tierra,
que la tierra sea para los pobres de la tierra.
Ni aunque os maten perderéis ese reflejo,
pues antes de que el mundo cayera
(fecha cada vez más difusa
para los investigadores)
en el pecado mundial del capitalismo,
la vida se custodiaba bajo el agua.
Y se sabe a ciencia cierta,
(no a ciencia exacta)
que entonces existió un reino sumergido
en el que las selvas escindidas
eran un solo Corazón,
palpitando burbujas de esperanza,
sin gloria, sin poder,
sin pomposidad alguna.
Ese mundo aún persiste
bajo el agua del Atrato
y se dice poblado de réplicas nuestras
pero en situación inversa,
sufriendo lo que hacemos sufrir,
muertos por los que matamos.
¡¡¡ Infierno de los ricos,
paraíso de los pobres !!!.
Regocijo de justicia
bajo el agua del Chocó.
Añadir leyenda |
Vosotras y vosotros, humildes campesinos del Cacarica, me habéis enseñado
que por la boca
muere el pez en Guerra,
que si se quiere encontrar la Democracia
hay que huir del Poder,
que hasta los Gorilas se reúnen en Asamblea,
que pescadores y pescaditos están de acuerdo:
se buscan en amaneceres y crepúsculos
porque es cuando mejor se mira
la luz del mundo
ya que sólo entre iguales
es posible acordarse
y la palabra no es,
no crea nada,
si no es compartida,
respetada y verdadera.
Selva del Cacarica
(significado oculto),
tierra de agua,
de río y de mar,
de clorofila.
Diálogo permanente entre verde y azul
ternura y horror, dolor y esperanza:
memorias en el agua y aguas en la memoria.
Tus reflejos fueron un paraíso que pudo ser...
...si no fuera la guerra...
Pero aún persiste,
en tu pertinaz naturaleza congoleña,
la prueba de que ninguna escisión
de tierras o saberes
podrá separar los colores del arco-iris
que son vuestros ojos y vuestra bandera.
A ustedes,
habitantes del inaccesible Cacarica
(rica tierra, pobre gente,
tierra robada, gente empobrecida)
no les queda sino ser
más que humanos,
desplazados de todo,
mitificados por el dolor,
buceadores de una tierra
que clama al cielo
en el infierno de las criminales codicias,
inocultables aunque impunes,
pues las grita cada violencia evitable,
enfermedad curable, ecosistema
o cultura arrasada en nombre
de ese progreso execrable.
Ustedes, ricas,
empobrecidas gentes del Cacarica
sobrevivirán ahora y siempre IMPONENTES,
como árboles selváticos
que custodian ríos,
como ojos que han llorado muertes,
horrores, humillaciones, miedos
y resisten.
Mientras ustedes pervivan como su selva,
en su memoria remota,
mientras no sean abandonados
en la ignominia de la Guerra,
todavía se percibirá una luz oblicua,
una ilusión o esperanza como malla de vida,
al menos simbólica,
contra los que asedian,
cercan, talan, asesinan.
Así es como han conservado ustedes
la fuerza de decir la verdad
y el valor de no tomar las armas.
Y así les pido que entiendan
esta forma de acompañar,
esta dedica(his)toria a quienes son
el CACARICA.
Denuncias: PBI (Peace Brigades International) Colombia |
3. ATITLÁN.
Atitlán: cerca del agua,
cerca del líquido vital que nos iguala,
cerca del centro vital de los seres humanos
y su cultura (en este caso tz´utuhil).
Lago de leyendas, legendario.
Estanque de sueños, soñador,
donde mujeres
(hombres no se han visto)
lavan la ropa de los que
se sueñan desnudos, solos,
indefensos en el mundo.
Tu rostro de agua dormida
cambia el gesto con cada estrella que asoma,
con cada astro que llega,
con cada nube que pasa.
Eres como la naturaleza:
sabio y cambiante,
sosegador y amenazante,
en tu tierra líquida
que solo surcan sueños.
Eres el lago más hermoso del mundo:
lo sabes y callas mientras lames
mansamente tu otra orilla,
como el resignado a morir
de soledad o de belleza.
Tres volcanes se miran en tu espejo azul
y las montañas que te abrazan te transforman en el enorme e inundado cráter de algún volcán sumergido
donde acomodaste para siempre
tu lecho dormido.
Por todo tu ámbito de agua y cielo verde-azul,
resuenan las campanas solemnes,
la algarabía loca de las fiestas,
las caídas chuecas de los bolos,
los ladridos tristes de los perros,
la música insoportable de los transistores,
conformado con las dominaciones,
explotaciones, saqueos, muertes,
Dibujos J.R.C. |
quienes nunca comprenden
por ignorancia o maldad.
Mientras, los turistas, te recorren,
con sus carnes enrojecidas,
sus cámaras digitales,
sus novias silenciosas y rubias como sirenas.
Pero ellos no escuchan el dolor de tus siglos:
las batallas perdidas, las tierras usurpadas
los adornos y oropeles perdidos.
No saben que tus verdes y azules
son el mismo color
inseparable
en tu retina tz´utuhil.
No entienden que todo lo existente
está tan vivo como nosotros,
y nos observa, nos mira, nos habla,
es la expresión desdoblada de nuestra conciencia
Por eso tus guías espirituales
se conjuran en silencio a tu alrededor,
con hueseras, sanadores,
yerberos y pintores,
para extraer de tus piedras,
raíces, plantas y colores,
las esencias curativas u oníricas
míticas o espirituales
de sus respectivos oficios.
Porque todo es sagrado en torno tuyo
pese a la contaminación ambiental
y el capitalismo.
Yo vengo del fondo de tus aguas oscuras
siempre en la otra orilla
para usar mi voz cuando la lluvia o la luna
te acompañan,
pues mis palabras
aspiran a ser rayos de luna
que tiendan puentes de plata
entre los aires detenidos
de viejas meditaciones cerca del agua.
FIN
DEDICA(HIS)TORIAS
Dedica(his)torias es un poemario,
sin principio ni fin,
cuya búsqueda consiste
en encontrar(se).
Yo busco el signo,
el sentido, el tempo,
la orientación que me congratule
con lo que soy, pienso,
hago y escribo,
precisamente porque no sé quién soy,
qué pienso, qué hago y qué escribo.
¿Y tú?, que dedicas tu tiempo a buscarte.
¿Qué buscas, qué quieres, qué sales a encontrar?.
¿Cuál es el signo, el sentido, el tempo, la tura que orienta tu ser?
Jorge Ruíz Cuesta